El aprovechamiento de los recursos

¿Han escuchado decir que “Dios le da pan al que no tiene dientes”? Pues bien, creo que esa es la frase perfecta para entender cómo funcionan las cosas en Colombia. Nos han metido en la cabeza que somos un territorio rico ¡Y sí! Pero también hemos sido testigos del despilfarro de dicha riqueza; en otras palabras, pese a contar con lo necesario para ser un referente de desarrollo a partir del aprovechamiento de los recursos, estamos muy lejos de tal realidad. Aquí no existe el aprovechamiento de los recursos ¡Aquí abundan los aprovechados!


Somos el ejemplo perfecto de la “Maldición de los recursos”, una tesis publicada por Richard M. Auty en la que se expone que, por lo general, los países con abundancia de recursos naturales son los que tienen menor crecimiento económico y desarrollo.


Pareciera que nos queda grande saber qué hacer con tanto, y hay ejemplos claros de ello. Colombia es el noveno país con mayor cantidad de agua en el mundo, es uno de los pocos territorios megadiversos del planeta y es un gran exportador de petróleo; sin embargo, también es el lugar en donde muchas personas se enferman o mueren por no tener acceso a agua potable, donde los ecosistemas son destruidos a causa de la contaminación y donde la desigualdad nunca da tregua. Por eso, está claro que el crecimiento y desarrollo de un territorio no radica en la cantidad de recursos que este posee, sino en el manejo óptimo que se tiene de los mismos.


No ser conscientes de lo que tenemos ¡O peor aún! Entenderlo y no hacer nada para potenciar dichos privilegios, es un error que genera estancamiento. Por mucho que los recursos sean fuente de vida y desarrollo, sin competitividad, visión, eficacia y transparencia, dicha fuente permanecerá lejana a nuestra realidad. No solo se trata de tomar consciencia, también es necesario ser contundentes y, a través de comunidades organizadas, exigir resultados a quienes tienen el poder de administrar los recursos y gobernar, pues es lamentable que el país obtenga un puntaje de 39 sobre 100 en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional, entendiendo que la calificación de 100 equivale a la ausencia de corrupción y el 0 indica exceso de la misma.


En este orden de ideas, es evidente que Colombia lo tiene todo para generar un desarrollo sostenible y mejorar las condiciones de vida de sus habitantes; a partir del aprovechamiento de los recursos naturales, no solo se estará garantizando la permanencia de las presentes y futuras generaciones en el territorio, sino que se estará impulsando un crecimiento económico con responsabilidad ambiental y direccionado hacia la sostenibilidad.