El desafío de emprender

Pensando en el significado de emprender, vinieron a mí muchos recuerdos de la infancia, cuando soñaba con ir a los paseos del colegio, pero no tenía los recursos para asistir, aunque sí contaba con el apoyo de mis padres, quienes siempre nos enseñaron – a mis hermanos y a mí-  que era importante esforzarnos y trabajar duro por todo aquello que anheláramos, sin contemplar la opción de rendirnos.

Teniendo clara esa filosofía y enseñanza de vida, en aquel entonces comencé a visitar los cañaduzales, de donde sacaba tierra y cogía madera en descomposición para generar abono, separarlo por bolsas y subirlo a una carretilla en la que iba ofreciendo por todo el barrio, siendo apenas un niño.

Además, recordé cuando vendía dulces en el colegio y todo marchaba bien hasta que empecé a fiar, pues fracasé porque no pude recuperar mi capital. En fin, sin darme cuenta, desde muy pequeño siempre traté de llevar a cabo proyectos para adquirir recursos y ser independiente, aunque muchos de ellos solo sirvieron para demostrarme que emprender significa asumir riesgos, creer en lo que otros no creen, ir en contra de las probabilidades, enfrentar las circunstancias, superar las adversidades, avanzar, fracasar, caerse y volverse a levantar.

Pero, aunque emprender no es fácil, hay cifras alentadoras que demuestran que cada vez hay más personas asumiendo el riesgo de hacer realidad sus ideas. Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en Colombia hay alrededor de 2,548.896 unidades económicas, de las cuales el comercio abarca un 55.2%, seguido de servicios, con el 48.1%; industria, con el 4.2%; transporte, con el 0.3%; y por último, construcción, con el 0,2%.  Esto, indica que emprender es una actividad que se está dignificando y ha tomado fuerza, a tal punto de   ubicar a Colombia como el mejor país de América Latina para emprender en el 2022, ocupando el puesto 25 a nivel mundial y mejorando en un 0,1 punto la calificación respecto a 2021, según el estudio del Foro Económico Mundial.

En ese orden de ideas, hay que mencionar que estas cifras podrían impactar positivamente la economía del país, si el Gobierno se empeñara en dar un buen manejo a los recursos, consolidando aspectos como la conectividad (tanto en vías como en internet) y el transporte (fluvial, aéreo y terrestre); pero también respaldando, desde un inicio, al emprendedor para que, una vez estructurado su negocio, este contribuya con la generación de empleo y el desarrollo del territorio.

Ahora bien, aunque se ha tratado de facilitar el proceso para crear empresa en Colombia, pasar de ser un emprendimiento informal a todo un proyecto legalmente constituido, todavía resulta un tanto complejo, no solo por la tramitología, sino por la obligación de pagar impuestos con una de las tarifas más altas a nivel internacional; a lo que también se suman las sanciones que la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) impone si un emprendedor y/o empresario comete un error en su declaración de renta.

No obstante, hay quienes decidimos emprender a toda costa. En mi caso, mi mayor emprendimiento ha sido la agencia LapiStudio, un sueño que decidí materializar a través del esfuerzo y la constancia; un proyecto difícil que me ha permitido superarme y a la vez generar empleo para que muchas personas tengan la oportunidad de desarrollar sus habilidades y de obtener ingresos para llevar una vida digna; un trabajo arduo que me retó y me convenció de dejar a un lado el temor de dar el primer paso.

Por eso, pensando nuevamente en su significado, creo que emprender es convencer a la gente de lo que somos capaces, es mantener la fe y la confianza de los clientes; es tener la responsabilidad de familias dependientes, el apoyo estatal y el recurso económico, porque, aunque el dinero no es la felicidad, sí es un instrumento esencial. Así que, a quienes desean iniciar este desafío, solo puedo aconsejarles que perseveren, pues las ideas no son de quienes las tienen, sino de los que las ejecutan. Emprender es una decisión de vida.