Proyecto de vida: una escalera al éxito

Desde pequeño fui sumamente soñador, pero no fue hasta que maduré que entendí que todo lo que deseaba no se haría realidad solo fantaseando. Entonces, organicé mis ideas a través de un proyecto de vida, y me armé de determinación y constancia para ir tras todo lo que siempre quise. Construí un plan en torno a mis pasiones y a todo aquello que disfrutaba ¡y aún disfruto hacer! Si bien no ha sido fácil, sí ha sido muy gratificante. Por eso, creo firmemente que quienes no se proyectan, nunca llegarán más allá del lugar en el que siempre han estado.

Descubrir en qué somos buenos puede tomarnos un tiempo, generarnos incertidumbre, sensación de estancamiento y miedo. Sin embargo, ese proceso suele sacar a flote nuestras mejores habilidades. Aunque no todos somos buenos para lo mismo, indiscutiblemente, todos somos lo suficientemente buenos para algo. Así que, la diferencia entre quienes logran superarse y quienes no, radica en la persistencia y en el empeño con que se enfrentan los retos y se persigue un sueño. La disciplina, organización, motivación y pasión, sí o sí, deben tenerse en cuenta cuando tratamos de alcanzar el éxito.

Objetivos claros

En ese orden de ideas, la construcción de un proyecto de vida es esencial para escalar hacia lo que se quiere. En otras palabras, significa tener un camino trazado a corto, mediano y largo plazo, contemplando las herramientas a nuestro favor y también el entorno en que nos desarrollamos. Está claro que es imposible tener el control de todas las cosas. Es probable que no todo resulte como queremos y que algunas situaciones imprevistas cuesten más de lo normal; no obstante, tener un plan ayudará a que no nos desviemos del objetivo.

El filósofo de la administración del siglo XX, Peter Drucker, lo dijo alguna vez: «La mejor forma de predecir el futuro es crearlo». Aunque no podemos escoger con detalle lo que deseamos que nos pase, sí es posible trabajar duro para forjar un camino que nos acerque a nuestro objetivo. Yo decidí enfocarme en lo que siempre llamó mi atención: la estrategia, la comunicación y la estadística; por eso destiné todos mis esfuerzos a la creación y consolidación de mi agencia.

Lapistudio fue un proyecto que logré materializar pese a que algunas voces dijeron que no se podría. En mi proceso, la insistencia y resistencia lo ha sido todo. Más allá de la complejidad de ciertas etapas, no he perdido mi norte ni me he permitido dudar de mis capacidades. La creatividad, la veracidad, el trabajo en equipo y la determinación se convirtieron en la base de un sueño que hace parte de mi proyecto de vida, y que hoy se ha convertido en el punto de partida para que otras personas también luchen por lo que quieren.