Calidad de vida: el sueño de todos

Es probable que no exista una persona en el mundo que no desee una vida llena de bienestar y oportunidades para desarrollarse. Como lo dijo el médico, científico y escritor francés, Alexis Carrel: “La calidad de vida es más importante que la vida misma”. De hecho, muchos conflictos alrededor del mundo se han desatado porque sociedades enteras carecen de condiciones favorables y sus comunidades terminan exigiendo, sobre todo, a los entes gubernamentales, hacer algo al respecto.

Aunque la calidad de vida es un concepto amplio que también abarca aspectos como las relaciones personales y el estado emocional, no cabe duda que la economía, la política, el ambiente, e incluso la cultura, son determinantes para el bienestar de todos. De ahí, el papel fundamental que tiene un Gobierno frente a la población, pues es necesario que este lidere procesos para el fomento de la educación, la mitigación de la pobreza o el fortalecimiento de la salud, por ejemplo.

En Colombia, existen ciudades organizadas que cuentan con condiciones favorables para la mayoría de sus habitantes, pero también hay zonas muy olvidadas y saturadas de problemáticas que van desde la desnutrición hasta el conflicto armado, lo cual ha dado paso a manifestaciones que evidencian la inconformidad de gran parte de una población cuyo deseo es tener mayores oportunidades para vivir y no para sobrevivir.

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Calidad de Vida – ECV – 2021, realizada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística – DANE, solo el 34,7% de los colombianos cuentan con vivienda propia; y el 6,1% de los hogares del país está expuesto a inundaciones, desbordamientos y otros posibles desastres naturales. Además, el 46,7% de los ciudadanos se consideran pobres. En ese orden de ideas, estos indicadores evidencian que el país aún está lejos de ser un territorio en el que se les garantice bienestar a todas las personas.

El Gobierno Nacional debe generar políticas públicas que vayan de acuerdo a las necesidades de las comunidades; potencializar programas para el desarrollo de las mismas; y generar campañas para crear conciencia en torno a la calidad de vida. No obstante, la responsabilidad de trabajar para hallar bienestar jamás debe recaer en una entidad, un Gobierno o un simple líder; se trata de trabajar en equipo para facilitar la búsqueda de oportunidades que permitan a todos ser mejores individuos y propicien un ambiente favorable para impactar positivamente el territorio. En otras palabras, la calidad de vida, además de ser el sueño de todos, es una necesidad y responsabilidad común.