«No hay que ensillar el caballo antes de comprarlo»: Los resultados de las elecciones presidenciales 2022

Definitivamente, la pasada contienda electoral dejó en evidencia que el exceso de confianza puede ser perjudicial para cualquier proceso, tal y como le sucedió a Rodolfo Hernández, pues una vez culminada la primera vuelta, el ingeniero, con ayuda del estratega político Ángel Beccassio, quien también asesoró a Petro para las presidenciales de 2018, manejó una campaña a la que le sobró arrogancia y le faltó humildad, tranquilidad y experiencia; a diferencia de Gustavo Petro, que supo aterrizar su trabajo y disminuyó ese tufo de sobradez que también tuvo en algún momento.

El líder del Pacto Histórico se dio cuenta que la persistencia podía hacer la diferencia, y no se equivocó. Petro entendió que era ahora o nunca, y que se trataba de su última oportunidad para llegar a la presidencia; por eso, aunque el panorama se veía supremamente desfavorable después de la primera vuelta, supo leer a su oponente, interpretó bien sus debilidades y cambió la forma de hacerle frente a las circunstancias.

Con ayuda del estratega político Antoni Gutiérrez, un hombre totalmente mesurado y tranquilo, Gustavo Petro comenzó a mostrarse más humilde, estableció mayor cercanía con la gente, amplió el espectro y abrió espacio en su equipo, lo cual fue fundamental para obtener los 11.277.407 votos que le dieron la victoria, aún cuando parecía que ya había alcanzado su techo y que Rodolfo tenía más posibilidades de ganar.

En este sentido, debo decir que, sin duda, el pan siempre se puede quemar en la puerta del horno; que, como en el fútbol, no hay nada ganado hasta el final; y, que no hay que ensillar el caballo antes de comprarlo. Es posible recuperar una campaña aunque el panorama indique que no hay mayor oportunidad de ganar; Gustavo Petro lo logró.

En cuanto a Rodolfo, creo ahora se dedicará a resolver su tema legal, y toda movida girará en torno a ello, por lo menos, en los próximos 3 o 4 meses. Por otra parte, es necesario mencionar que aún no se vislumbra un líder que capitalice esos 10 millones y medio de votos que alcanzó, así que solo queda esperar.

Ahora bien, otro hecho que no pasó desapercibido fue la fractura del uribismo que, si bien no ha muerto, se encuentra bastante golpeado y supremamente rezagado, tratando de apropiarse de la votación de Rodolfo para ser significativo en una oposición, pero sin un liderazgo claro. De hecho, en este momento lo único evidente es su necesidad de una reingeniería.

En conclusión, pese a que la contienda electoral finalizó, la tensión en el país continúa; indiscutiblemente estamos a la espera de lo que sucederá con el nuevo Gobierno y, en ese orden de ideas, creo que el mayor reto para Gustavo Petro está en el manejo de la economía, por ende, es fundamental que el presidente electo envíe un mensaje de tranquilidad para dicho sector. Bien lo dijo Francia Márquez: “Para vivir sabroso hay que trabajar”, y cumplir esas expectativas no va a ser fácil.